Romina Fernanda Huamán Muñoz
Soy una niña que vive en una hermosa ciudad donde se respira cultura y costumbres ancestrales. Tengo sueños y metas como cualquier niño, niña del Perú: quiero vivir en un país lleno de alegría donde todos tengamos oportunidades sintiéndonos parte del lugar donde vivimos.
Sin embargo, tengo miles de preguntas sin respuestas: ¿por qué solamente se fijan en la belleza física y no en la espiritual?, ¿por qué es más importante el “porte” y no el esfuerzo diario con el cual logras verdaderas metas?, ¿por qué para algunos todo es fácil y para otros difícil?, ¿por qué solamente no se actúa con justicia?
Así, en una ocasión, veía entusiasmada el ensayo y elección de estudiantes para un desfile escolar y conformar el Estado Mayor. Soñaba con formar parte de él porque decían que solo las buenas estudiantes lo lograrían, pero grande fue la tristeza cuando fui descubriendo que mis maestros iban confabulando un plan para despojar de ese lugar a la mejor estudiante sólo por ser bajita, gordita, ¡ah!, y porque no tiene “porte”. Finalmente, representará sólo en la institución; entonces mis sueños se ven amenazados y quiero ser la voz de niños y niñas que no la pueden alzar.