Arely Zayuri Simón Gonzalo
Cuando era niña, solía nadar en un río cerca a la casa de mis abuelos, un río claro y lleno de vida. En las vacaciones de verano mis primos y yo pasábamos horas allí, jugando, riendo, sintiendo que ese río era nuestro, nos encantaba ver las aves que bajaban a beber agua y a los peces que nadaban cerca de nosotros.
Pero con el paso del tiempo, el río empezó a cambiar, las aguas ya no eran cristalinas y la vida que solía habitarlo parecía haber desaparecido, pregunté a mi abuela que estaba pasando y me dijo que el cambio climático estaba afectando la región. El calor era más intenso y la lluvia menos frecuente, lo que hacía que el río se secará en algunas partes.
Ahora cada vez que paso por el río siento una profunda tristeza, no solo por lo que hemos perdido, sino por lo que significa para el futuro, la naturaleza nos está mostrando que no podemos seguir ignorando el daño que le estamos haciendo, es una llamada de atención para todos, una invitación a cambiar nuestros hábitos y cuidar de nuestro planeta, para que las futuras generaciones también puedan nadar en ríos llenos de vida.